domingo, 20 de marzo de 2016






LA MASONERÍA UNA INSTITUCIÓN DESCONOCIDA

Conferencia pronunciada en el Centro Cultural Miraflores Marbella

PRÓLOGO.-
Así como en el mundo occidental la Masonería, llamada también Francmasonería, es respetada y reconocida por el progreso que ha llevado, a lo largo de la historia, a las naciones; también está presente en la conducta de muchas personas honestas, ilustres y de cualquier condición que han hecho engrandecer a sus pueblos. Sin embargo, en nuestro país no podemos decir lo mismo, debido al período de  la tremenda persecución que sufrió la misma, en la pasada dictadura que dejó en la memoria de la ciudadanía secuelas nefastas. Por lo que podemos decir que la Masonería en nuestro país aún es la gran desconocida, aunque, en la actualidad va despertando interés y  ha comenzado a dejar de tener ese halo misterioso, para algunos tenebroso, que la han envuelto en un profundo secretismo.

A los investigadores nos corresponde la responsabilidad  histórica de hacer conocer  la Masonería tal como es, con sus luces y sombras, porque creemos que aún tiene una razón de ser y una misión que cumplir en beneficio de la  humanidad.

Desde dentro de la Institución se deja surgir las consecuencias que la escuela masónica produce en sus miembros, al trabajar sobre sí mismos, ó  como dicen “desbastando la piedra bruta” que deben pulir y trasformar, despojándola de sus asperezas y acercándola a una forma en consonancia con su destino. Perciben la Masonería como una actitud ante la vida y el universo, que les permite un contorno, una personalidad, una ética de comportamiento a quien la practica, y que se manifiesta por medio del ejercicio de la conducta en la vida como ciudadano, pero siempre  a través de la individualidad de la persona que actúa, y no de la Institución, porque ésta, no es política, ni religiosa, ni sostiene ningún tipo de ideología determinada.

SUS ORÍGENES Y EVOLUCIÓN-   No resulta fácil describir ni el inicio, ni  el concepto de la Francmasonería cuando ésta detenta diversas áreas de tan variada naturaleza. Debido a que la masonería tiene muchos de esos campos, es por lo que, para poder comprenderla, es inevitable primero que nos  remitamos, sucintamente, a sus orígenes y posterior evolución.

Hay autores como C. W. Ledbeater, en su libro: “La Masonería, Historia Secreta” que remonta sus inicios esotéricos en la tradición de los misterios egipcios y caldeos. Y otros historiadores consideran al Abat Wilhem  von Hirsschan (1000-1091), quien fue maestro de la Logia de San Emmoran en Regenbourg,  como el fundador  de las logias. Pero si situamos a la masonería como una manifestación exotérica, organizada como una Hermandad colectiva, la referencia histórica constatada más inmediata la situamos en la Edad Media, en los canteros alemanes, llamados “Stonemasons”, cofradía de masones que detentaban  el arte y la ingeniería de construir catedrales y edificios colosales de la época. Hay dos corrientes de tradición en Alemania, según el historiador Gould,  una emana de Inglaterra a través de los monjes  celtas y la otra de Italia por medio de San Bonifacio. En el siglo XII los constructores de los monasterios fusionaron en el arte y la técnica a constructores masones de diferentes poblados, y juntos formaron la sociedad  que posteriormente se conoció como “Steinmetzen” en toda Alemania.

Ya en el siglo XIII, se conocen logias autónomas de canteros, que están emancipadas  de los conventos, y forman con otras logias corporaciones de afiliados al oficio. En estas logias los asociados comienzan a utilizar los signos característicos de los maestros que trabajan la piedra, dejando su estampa en la misma, siendo un medio de testimoniar la expresión del simbolismo que representa. Este simbolismo lo plasman de muy diversas maneras. Por ejemplo: las dos Columnas con las letras J. y B., un Delta llevando en su centro un ojo; el Sol; la Luna; un Cordón de doce nudos; el Nivel; la Plomada, el Compás; la Escuadra, y otros símbolos que hacen referencia a su corporación secreta; así como otros combinados que tienen un carácter de  formas arquetípicas, que sirven de modelo original y primario en un arte. Esta simbología se sigue utilizando en la Masonería actual.

Pero, fue a finales del siglo XIII y principios del siglo XIV cuando se originan movimientos migratorios con canteros alemanes, creándose un intercambio de obreros y artesanos de la construcción de grandiosos edificios, entre Alemania, Inglaterra y Escocia. Y no es nada  asombroso que en esta época, comenzaran a surgir las cofradías  de esos canteros y artesanos que dieron el origen a la Masonería inglesa. El museo británico de Londres guarda el pergamino manuscrito más importante de la Masonería operativa, “los Old Charges”, “los viejos deberes”, de esa época, denominado “Regius” datado en 1388. Este documento contempla una serie de normas que regulan a los maestros y a los obreros dentro de las Cofradías. Por lo que se puede decir que los canteros masones ingleses y los alemanes se constituyen en una sola corporación, y sus estatutos o textos reguladores tienen fundamentalmente el mismo conocimiento y principios. En 1459  los canteros “Stonemasons” de Alemania se unificaron para formar una Gran Unión denominada “Steinmetzen”, gobernada por cuatro Logias Ejecutivas, de las cuales Estrasburgo era la cabeza.

Tan íntimas son  las similitudes entre ésta organización masónica operativa antigua y la posterior Masonería especulativa moderna que muchos historiadores alemanes aseveran que los Steinmetzen fueron los que crearon el sistema especulativo de la nueva Masonería. Pero esta afirmación de que  hubo una verdadera unión  entre las dos citadas corporaciones, no ha podido ser acreditada; por lo que se considera que la Francmasonería Especulativa alemana procede de Inglaterra.

Las Constituciones de Estrasburgo de 1459 contienen una devota invocación de los nombres del “Padre, Hijo y Espíritu Santo: de nuestra llena de gracia Madre María y de sus servidores, de los Cuatro Santos Mártires de eterna memoria. Y según las Ordenanzas de Torgaude 1462, los constructores en piedra (Stonemasons) veneran a los Cuatro Mártires Coronados como sus santos patrones. Hoy en nuestra Masonería especulativa o filosófica, tradicional, celebra a sus  santos patrones: San Juan Evangelista,   el 27 de diciembre,  en el solsticio de invierno,  y  San Juan Bautista el 24 de junio,  con el solsticio de verano.

Un códice del año 1475, escrito en el reinado de Eduardo IV, de la dinastía normanda, dice: “...que construyó grandiosas obras y estimuló a los muchos masones venidos de Francia, a quienes nombró sobrestantes, maestros de obra, que trajeron consigo las Obligaciones y Reglas de las Logias conservadas desde los tiempos de Roma, y también lograron del rey la reforma de la Constitución de las Logias inglesas según el modelo extranjero y el aumento de salario de los masones operativos”.

El Arte Real de la arquitectura impuso unos conocimientos que los maestros quisieron ilustrar en el seno de sus corporaciones, en el campo de la ordenación artística, en las matemáticas, en la talla de piedras, etc.

El sentido de la unidad, la armonía y la creatividad  de estas corporaciones de canteros-masones, dejan la huella espléndida de su obra  moldeada en la arquitectura, la escultura, la pintura y en todo el arte general. De los muchos ejemplos que se cuentan del vestigio esparcido por toda Europa, uno de ellos lo tenemos en Deberan en Macklenburgo, donde existe un tallado de la Última Cena, en el cual los apóstoles están representados en conocidas posturas masónicas; también en la catedral de Estrasburgo se encuentra tallada en piedra la leyenda de Hiram Abiff; en la catedral de Würzbugo  hay dos pilares, que llevan inscritos la palabra Jakin y Boaz, , y  en un  convento de Schauffhausen , se puede contemplar un grabado donde una figura está haciendo el signo de un Maestro Instalado.

Las corporaciones ya formadas como auténticas colectividades masónicas, son reconocidas jurídicamente por el Estado,  y continúan  con la escuela secreta de su arte en general y al mismo tiempo siguen realizando auténticas ceremonias ritualísticas donde  trasmiten,  a sus postulantes, sus signos, palabras de pase, toques y  el secreto del Arte Real.

El amanecer de una nueva época fue anunciado  por el Renacimiento  del conocimiento y de la cultura clásica durante el siglo XV, tiempo de mucha actividad creadora, de quebrantamiento de ataduras, de la liberación de un nuevo y vital espíritu de libertad, cuyo resultado directo fue lo que se denominó la Reforma. Y la causa de ese cambio y reconstrucción fue una reacción general contra el espíritu de la Edad Media.

NACIMIENTO DE LA MASONERIA ESPECULATIVA.-
Después de la Reforma, tanto en Inglaterra, como en el continente, la arquitectura eclesiástica prácticamente cesó como una de las actividades de las uniones de los canteros, y las Logias operativas entraron en disolución debido a que su trabajo ya no era necesario. Así que, mientras la Reforma socavaba los cimientos de la Masonería operativa, también daba a Europa la seguridad para que resurgiera la Masonería especulativa de manera abierta.

Algunos autores han negado la posibilidad de la existencia de la Masonería especulativa con anterioridad a su aparición oficial; pero hay que decir que el movimiento del pensamiento filosófico o especulativo, es decir, la aceptación de Masones teóricos en el seno de las Cofradías  operativas,  era la regla más que la excepción, no sólo en las masónicas sino también en todas las uniones de esa época. El hecho es que a partir del segundo tercio del siglo XVII surge el concepto de “Masón Aceptado”  al ser admitidos por los canteros masones operativos a todos aquellos profesionales que nada tenían que ver con la construcción, como: juristas, médicos, físicos, profesores, astrólogos, alquimistas, hombres ilustrados, aristócratas y demás profesiones liberales.

Pero, entre el período en que la Masonería operativa se encontraba en su esplendor, y el surgimiento de la Masonería especulativa, al comenzar el siglo XVIII, hubo un sombrío lapso durante el cual la luz de la Francmasonería, tanto operativa como especulativa, parecía casi extinguida. Es durante este período de postreforma cuando hallamos minutas (apuntes, notas) de las reuniones de las Logias, y también cuando salen las primeras referencias  públicas sobre los secretos de los Masones Libres encontradas en la literatura de la época. Ejemplo de estas Minutas tenemos las siguientes:

La Minuta más antigua escocesa que existe de una Logia, fechada en 1598, está custodiada en la Logia de Edimburgo, Capilla de María, con el número 1, en el rollo de la Gran Logia de Escocia. En este documento se registra por primera vez, una costumbre adoptada anteriormente, donde se deja constancia la aceptación en las Logias operativas de  Hermanos no operativos.

Otra la tenemos en la Minuta inglesa, de fecha 1620, de la Logia de la Aceptación anexa a la Compañía de Masones de Londres, donde hay constancia documenal que personas que no pertenecían a  dicha Logia eran también candidatos como “Masones aceptados”.

Y por último sobre las Minutas irlandesas  los investigadores han tenido una mayor complejidad para encontrar evidencias de anotaciones, ya que era costumbre en el siglo XVIII entre los masones destruir todas las minutas, documentos, certificaciones, registros, actas de las Logias, para evitar que cayeran en manos de gente profana. Hay un dato significativo y es que  en una Logia especulativa, de Doneraile, 1710, en su minuta consta que fue iniciada la señora Elizabeth St. Legar.

Esta etapa de transición constituye el eslabón que conecta la antigua Masonería operativa medieval con la nueva Masonería especulativa tal como la conocemos hoy. Ahora las Logias ya no necesitaban tener ningún secretismo por temor a la muerte y a la tortura, como sucedió en la época del oscurantismo. La libertad de pensamiento, de expresión y de acción había triunfado.

El único registro existente de la Primera Gran Logia del mundo aparece en la segunda edición de las Constituciones del  Anderson, publicadas en 1738. Donde dice que esta debía de ser una confraternidad universal moral que uniera a los hombres de bien de todas las naciones, de todas las lenguas, de todas las razas y de todas las posiciones sociales, a pesar de las ideologías políticas o credos religiosos que los dividieran. Con ello se termina de crear la Masonería especulativa  llevada a cabo por tres significativos masones: el pastor presbiteriano Anderson, autor del Libro de las Constituciones y organizador de la Masonería especulativa. El pastor Desaguliers, que fue el propagador. Y el Chevalier Andrew M.Ramsay, por la influencia que tuvo en la renovación de la masonería francesa.

Quizás lo más importante y característico de estas Constituciones fue el haber derogado definitivamente todo impedimento religioso para los futuros miembros de la Orden. Los antiguos Hermanos operativos habían sido protestantes y católicos; pero a partir de ahora se había quitado toda limitación sectaria, dejando a cada masón en libertad de profesar cualquier fe por considerar que todas son semblantes de la verdad.

Sin pretender hacer un estudio de la Constitución de Anderson, de 1723, que representa el “texto por excelencia” de la Masonería, reseñamos, por la importancia que tiene el artículo fundamental relativo a: los Deberes de un Francmasón, entresacado de los antiguos documentos de las Logias del Continente y de Inglaterra, Escocia e Irlanda, recogido en el artículo I titulado: DE DIOS Y LA RELIGION, que dice: “El Masón está obligado por su carácter a obedecer la ley moral, y si debidamente comprende el Arte, no será jamás un estúpido ateo ni un libertino irreligioso. Pero aunque en tiempos antiguos los masones estaban obligados a pertenecer a la religión dominante de su país, cualquiera que fuere, se considera hoy mucho más conveniente obligarlos  tan solo a profesar aquella religión que todo hombre acepta, dejando a cada uno libre en sus individuales opiniones; es decir, que han de ser hombres probos y rectos en honor y honradez, cualquiera que sea el credo o denominación que los distinga. De esta suerte la Masonería es el CENTRO DE UNION y el medio de conciliar verdadera Fraternidad entre personas que hubieran  permanecido perpetuamente distanciadas”. Sobre las expresiones contenidas en dicho artículo, se quiere ensalzar la libertad, la independencia, la autonomía, de la persona en cuanto a creencia, conocimiento y conducta, sobre el asiento de la fraternidad humana con su forma de actuar.

Ciertamente el propósito de las Constituciones conlleva el ordenamiento de las reglas   masónicas, recogiendo la tradición.

SOBRE LOS GRADOS.-
Con el surgimiento de la Masonería especulativa  se origina un proyecto que determinará su carácter y su estructura. Por ejemplo, referente a los grados, en la Masonería operativa antigua sólo existían dos grados de francmasones, el de Aprendiz y el de Compañero. Solamente se menciona al maestro para las funciones de la dirección propia de las obras. Así que, es en la Masonería especulativa  cuando se crea, según el Reglamento XIII de las Constituciones de1723, el tercer grado de Maestro como coronamiento de la jerarquía iniciática. De esta manera queda dividida, a partir de ahora, la enseñanza masónica en tres niveles correlativos, que se imparten en el lugar denominado Taller o Logia de San Juan: para el primer grado, el de Aprendiz; y la Cámara para el segundo y tercer grado, o sea, Compañero y Maestro. Estos tres grados iniciáticos simbólicos constituyen la enseñanza básica  de la masonería que llamamos azul.

REFERENTE A LOS RITUALES.-
Otro planteamiento que emerge en la Masonería especulativa es la recomposición de los rituales. Sobre este asunto ha habido mucha controversia entre los historiadores masonólogos en relación con el origen de nuestros modernos rituales especulativos de los cuales no existe rastro documental, previo a la restauración de 1717. La decadencia de las Logias operativas tuvo un desastroso efecto sobre el antiguo ritual que había sido transmitido, por costumbre, solo oralmente de Logia a Logia y de Maestre en Maestre desde los días de los Colegios Romanos. Era usual que ninguna palabra del ritual podía ser nunca escrita, y tenía que ser aprendida de memoria por los Maestres y sus oficiales de las Logias. Ya en los días que se llega a la restauración, esta tradición oral había llegado a estar muy descompuesta y aunque aún se recordaban las acciones ritualísticas antiguas, las palabras que las acompañaban habían degenerado en un lenguaje que ni los propios masones entendían.

Ante esta situación los padres de las Constituciones, Anderson, Desaguliers y Ramsay, procedieron a reunir y revisar todos los trabajos de los que tenían conocimiento, con el objeto de estructurar el ritual con el idioma del siglo XVIII que ha llegado a nuestros días. Así que establecen una norma en la Marca de la Orden, diciendo que instituyen una ciencia especulativa sobre un arte operativo, y el uso simbólico de lo que representa, a través de enseñanzas morales. Consideran que el Templo de Salomón fue la cuna de la Orden; y por tanto la referencia a la Masonería operativa. De aquí que los modernos ritos masónicos, por mucho que se diferencian unos de otros, mantienen la historia de dicho Templo y sus elementos operantes como substrato de todas las modificaciones introducidas en el sistema masónico.

En este proceso la Masonería especulativa comienza a desarrollar ceremoniales simbólicos, en base a las ceremonias iniciáticas de las antiguas tradiciones que absorbe. De esta manera surgen ritos diferentes que haya que clasificar e identificar. De aquí salen los altos grados en diversos ritos. Y en esa libertad de ordenación y práctica ceremonial surge una voluntad unificadora que desemboca en múltiples ritos iniciáticos. En conclusión, podemos decir que, la Masonería especulativa es multiritual y practica principalmente los Ritos Escocés Antiguo y Aceptado, Emulación, Escocés Rectificado, Escandinavo y York, entre otros practicados por las Grandes Logias de la Amistad. Entre estos ritos el escocés se convierte en uno de los más bellos, esotéricos, profundo y divulgado en todo el mundo.

DEFINICION DE LA MASONERÍA
Una vez expuestos  los diferentes aspectos de la variada naturaleza de la Masonería, vamos a tratar en el campo definitorio,  qué es la Masonería.

Tenemos muchas definiciones de lo que es o no es la Masonería, y es tanto que muchos escritores han recurrido, para poderla explicar, a destrezas de excepción como que: la masonería no es una religión, no es un partido político, no es una secta, no es un club social, etc. Con ello se ha intentando de establecer lo que es el mundo masónico enmarcándolo  fuera de los límites de las normas que recogen tradicionalmente las “Antiguas Marcas”, término que se emplea por todas las corporaciones, tribunales, jurados o comisiones de jurisprudencia masónica para designar los usos, costumbres, leyes y reglas que se consideran fundamentales principios de la honorable Fraternidad de Masones Aceptados, aunque los tratadistas no han coincidido nunca en su definición, clasificación y enumeración. Las mentadas antiguas marcas se llaman en inglés “Landmarks”, es decir, linde, marca o señal, que componen la primera  Constitución de Anderson de 1723.  Así que, lo que está solamente dentro de esos límites pertenece al orbe masónico, permitiendo su conceptuación y estudio.

La Gran Logia de Inglaterra nunca intentó definir las citadas Marcas, por lo que desconocemos el concepto en que las tenían los masones  del siglo XVIII; sin embargo, sí conocemos la opinión de los eruditos masones del siglo XIX, y  entre las definiciones dadas transcribimos la adoptada por el Congreso Masónico de Chicago, de 1893, que dice: “Las antiguas marcas son aquellos principios fundamentales que caracterizan a la Masonería, según lo definen los Deberes del Francmasón, y sin los cuales ninguna Institución puede identificarse  como tal Masonería, combinados con las esencias del lenguaje no escrito, por el cual se distinguen entre sí los masones.

El Dr. Anderson recopiló esta obra de manuscritos antiguos que estuvieron en uso antes de 1717 y que fueron también fuente de autoridad para las opiniones de algunos tratadistas. El libro de la Constitución de Anderson, quedó aprobado por la Gran Logia de Inglaterra en 1723 y, dentro de ella, se consideran los DEBERES como la ley básica escrita de la Masonería.

Por el contrario, fuera de ese marco constitucional nos encontramos, con definiciones antimasónicas variopintas cuyos argumentos rayan, desde la más supina ignorancia hasta el desconcierto y lo perverso. Ya, desde hace siglos, en nombre de la Masonería existen conductas humanas individuales como también asociaciones con influencias atribuidas a la Masonería que, a menudo tienen diseños totalmente opuestos o confusos.

Por lo tanto, ante estos planteamientos es aconsejable ceñirse a lo imparcial, es decir a la esencia de lo que es o representa la Francmasonería. Y para ello recurrimos al aforismo que dice “no hay que confundir  el objeto, con el dedo que lo señala”. Así que, para saber lo que es la Masonería será preciso primero experimentarla, comprenderla, y después, tratar de describirla. Pero teniendo mucho cuidado de no confundir el “dedo con el objeto”.

Para ello, primero, partiremos de la mano de un reconocido historiador , como es el eminente profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Ferrer Benimeli, el cual es fundador y presidente emérito del Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española que, en el epílogo de su libro “La Masonería”, Editorial Alianza, Madrid 2001, dice lo siguiente “Si la masonería no es satánica, ni tiene nada que ver con los judíos y sus Protocolos, ni con los comunistas, ni con la pretendida conjura universal secreta, la pregunta que puede surgir espontáneamente, después de oír durante tantos años lo contrario, es: entonces, ¿qué es la masonería? O si se prefiere; ¿qué tiene esa  asociación para que haya sido perseguida con tanta dureza y crueldad por comunistas, fascistas, nazis…, y en general por todos los regimenes totalitarios, y para que siga siendo atacada en nuestros días?

Y concluye definiendo a la Masonería como “… una escuela de formación humana, que abandonando las enseñanzas técnicas de la construcción, se transforma en una asociación cosmopolita que acoge en su seno a todos los hombres de diferentes lenguas, razas, religión etc., pero que coinciden en el deseo común de perfeccionarse por medio de un simbología mística y racional….”.

Otra definición se desprende de la proporcionada por una Institución Masónica como,  el Gran Oriente Español, efectuada en Madrid en el año 1934, que declara lo siguiente:

 “La Francmasonería es un movimiento del espíritu, dentro del cual tienen cabida todas las tendencias y convicciones favorables al mejoramiento moral y material del género humano. La francmasonería no se hace órgano de ninguna tendencia política o social determinada. Su misión es la de estudiar desinteresadamente todos los problemas que conciernen a la vida de la humanidad para hacer su vida fraternal”.

Y por último, desde la visión de un Adepto, se concibe la Masonería universal como un taller de formación humanista, que habiendo pasado de ser constructores antaño de edificios, se convirtieron en el siglo XVIII en una asociación internacional que admite en su seno a personas de diferentes sexos, condición social, orientación o sentir, lengua, raza, religión o política, que a través de una misma mística o razonamiento, simbología y ritual , concuerdan con un mismo objetivo de mejorarse como seres humanos, en beneficio propio y ajeno, ayudando a los demás por medio de la beneficencia, la solidaridad, la fraternidad, y también, cómo no, en la pericia filosófica que abarca la lógica, la ética y los valores de toda la inmensa complejidad que caracteriza la vida humana. Con este ideal de fraternidad y mutua ayuda trabajan unidos por un mundo más armonioso y equitativo dejando a un lado sus diferencias opuestas, trabajando por el progreso, y por alcanzar una paz y prosperidad social  en los pueblos.

¿ES LA MASONERÍA UNIFORME?
La Masonería tiene por principios la tolerancia mutua, el respeto a los demás y a sí mismo y la absoluta libertad de conciencia, por lo que siendo única, en su espíritu masónico al buscar la verdad, la fraternidad y la libertad, en un plano de igualdad, no es uniforme en todas partes, pues denotaría tener mucha estrechez de juicio pretender erigirse en juez del resto de las Masonerías existentes. Como declaró el Congreso Masónico de Chicago, de 1893.

Existen varias Obediencias u Órdenes masónicas, en todo el mundo, que son dignas de respeto e independientes entre sí. Por ejemplo, en el siglo XIX ya se consolida, por una parte, la Masonería anglosajona, tutelada por la Gran Logia de Inglaterra, que reconoce y mantiene relaciones con otras Obediencias por lazos de Amistad, tanto de Europa, América, Asia y Oceanía. Esta masonería tradicional, fiel a la Constitución de Anderson de 1723, no es un movimiento estrictamente filosófico, como algunos autores erróneamente apuntan o como también, señalan ciertas Instituciones masónicas, porque en su seno no se admite toda orientación u opinión, al estar la Orden circunscrita a unas reglas determinadas por los Landmarks. Ya que se fundamenta en una de las más importantes  Marcas de la Orden, la norma 19,  al reconocer la creencia en un Dios como Gran Arquitecto del Universo, considerándose esencial para la iniciación de un candidato. Por tanto, al ser teísta, únicamente admite en su seno a creyentes de diferentes religiones: cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, etc. Y, sobre la Biblia, aunque las antiguas Marcas no dicen nada, en las Logias, antes y después de la promulgación de las citadas normas de 1723, era costumbre, para revestir el juramento que realizaban los candidatos en las mismas, como hacían los testigos en los tribunales de justicia, se usaba la Biblia para darle forma de solemnidad a la ceremonia. Y fue a partir de 1760 cuando se le dio la categoría de Luz de la Logia. Desde esa época quedó expuesta la Biblia en las logias inglesas y de muchos otros países, pero su uso nunca ha sido universal. Es por ello que, aunque la Biblia u otro Libro de la Ley Sagrada, representa una guía de la fe de cada uno, sólo puede considerarse en un sentido simbólico, como se consideran simbólicamente las otras dos grandes luces, la escuadra y el compás.

Por otra parte, también existe una Francmasonería latina esparcida por todo el mundo de inspiración liberal, que  se basa en una doctrina filosófica abierta establecida en los principios que la rigen, y en su seno se admite toda orientación o sentir al no estar sujetos sus miembros iniciados a ningún juramento ante cualquier libro sagrado, ni a reconocer un Ser Supremo. Por ejemplo, el exponente más significativo, entre otros, es el caso del Gran Oriente de Francia que, siendo la más antigua Institución masónica francesa, desde su origen hasta 1869 mantuvo presente la Constitución de Anderson de 1723 y tuvo relaciones fraternales con todas las Masonerías del mundo, pero desde dicha fecha muchas Grandes Logias rompieron sus relaciones con esa institución, primordialmente por las siguientes causas: por sus enseñanzas agnósticas; por no tener la Biblia sobre el altar, por mezclarse en política de partido, y por ejercer un escrupuloso laicismo en el seno de su institución. Sin embargo, todas ellas, sean tradicionales o liberales, forman una confraternidad universal moral que tiende a unir a las personas de bien de todas las naciones, de todas las lenguas, de todas las razas y de todas las posiciones sociales, a pesar de las ideologías políticas o credos religiosos que los puedan dividir, prestando ayuda a los demás por medio de la fraternidad, la beneficencia y la enseñanza.

¿ES SECRETA LA FRANCMASONERÍA?
Respecto al carácter confidencial de la Orden es otra Marca importantísima. La Masonería no es una sociedad secreta en el estricto concepto lógico, ya que está legalmente inscrita como una sociedad cultural, sin fines lucrativos, y sus propósitos y finalidades son de dominio público. Ahora bien, si se entiende a la Masonería como una sociedad con cierta suma de conocimientos, como un método para reconocerse sus miembros, y varias enseñanzas que sólo se comunican a sus adeptos a través de una iniciación, entonces sí podemos decir que es, en ese ámbito, discreta como lo son otras instituciones civiles y militares.

CONCLUSION.
Como hemos visto, la Francmasonería es una organización muy distinta respecto de otras. Es tan diferente, que es difícil pensar en alguna otra organización con la cual sea comparable. Se podría decir que se asemeja más a la universidad de la vida. La Masonería no es una cosa obvia y familiar que el masón/a pueda entender en el momento de ingresar en  ella, es más bien algo que debe ser aprendido y asimilado en el transcurso del tiempo.

Una de las peculiaridades de la Masonería es el lugar que ocupa en la historia universal. En pocas organizaciones, su historia está tan viva, tan constantemente presente y tan necesaria para la comprensión de sus enseñanzas. La tradición forma una parte viva y activa en su trabajo, no es una realidad pasada muerta y olvidada, sino trascendente y cercana al masón/a. El eslabón del pasado les mantiene unidos y determina gran parte  de las actividades que hacen. La Masonería  especulativa nació como consecuencia de un gradual desarrollo a partir de la Masonería operativa y a través de un camino continuo, podemos llegar al linaje de los Hermanos constructores de la Edad Media. Los actuales miembros también son masones, excepto que donde los antiguos erigieron bellos edificios, los presentes trabajan por construir un Centro de Unión Universal entre las personas, cuya finalidad principal sea la de conciliar antagonismos y crear una verdadera fraternidad y ayuda mutua entre todas las naciones.

Y para ello, la  Masonería tiene un papel fundamental en la concienciación de la educación, ya que es una materia que está en proceso de transformación de manera espectacular proyectándose sobre un futuro inmediato, y, como prueba de ello, ya están emergiendo nuevos modelos de transmitir conocimiento y de crear capacidades fuera del marco de la tradicional formación reglada.

Por lo tanto, las nuevas generaciones tienen ante sí el reto de prepararse para poder competir con los mejores del mundo. Y esto no significa almacenar títulos en el desván, sino poder estar en la vanguardia en sus respectivas  actividades  personales, profesionales y como ciudadano del mundo.

Junto  a la educación y la  innovación como factores  que  determinarán  el futuro de nuestra vida, se precisará  además la  sana ambición de superarse y de ser mejores en lo que hagamos cada día para que las naciones fragmenten  sus limitaciones, que las estancan,  y puedan avanzar  hacia el progreso .

La labor del masón, como ciudadano, en la formación y la creación  en el campo social y económico, cimentará la meritocracia que permitirá  llegar a un mundo más abierto gracias a la  globalización, a la hiperconectividad y a la aceleración tecnológica, pero sin olvidar nunca el factor humanístico que lo impulsa.

Puede parecer, desde el mundo profano, que hablamos de unos principios más bien ilusorios. Pero esta visión del siglo XVIII que perdura en nuestra memoria colectica, obviando los errores propios de toda asociación, sigue trabajando por alcanzar esa bella “utopía alcanzable”, porque disiente totalmente, junto con otras instituciones filantrópicas, con los fraccionamientos, la ignorancia y beligerancias  políticas, económicas y religiosas que acosan actualmente a nuestro mundo.

Y termino con una frase de Henry D. Thoreau que dice: “Ser filósofo no consiste en el mero de formular pensamientos sutiles, ni en fundar una escuela. Consiste en resolver algunos problemas de la vida, no en el ámbito teórico, sino en el práctico”.
Dr. José Carrasco y Ferrando
Abogado-Criminólogo

29 de enero de 2015


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